Desde hace ya demasiado tiempo, la Dirección de Barajas ha apostado por la política del miedo, basada en sanciones y amenazas que reparten de forma injusta y abusiva.
En CTA ya hemos ganado varios juicios en los que nuestro departamento jurídico ha desmontado las acusaciones de la empresa, fabricadas artificialmente con el único fin de llegar a la sanción demostrando auténtica mala fe, como escribió literalmente el juez en su sentencia favorable a un compañero AGSA.
A menudo, esas acusaciones se basan en informes de Supervisores que no imaginaban que la sanción fuese el objetivo final de la Dirección. Hay Supervisores que colaboran de forma casi entusiasta con estas políticas y sanciones (y no es raro que sean recompensados por ello), pero otros acaban en situaciones muy incómodas al verse utilizados y convertidos en enemigos de sus compañeros de forma antinatural.
Y es antinatural porque los supervisores no tienen categoría de mando; sus funciones son de SUPERVISIÓN Y EJECUCIÓN. Son, o deberían ser, más compañeros que Jefes, pues conocen, y también sufren, las lamentables condiciones en las que casi siempre tenemos que trabajar: la precariedad, la escasez de personal y de formación, las situaciones de tensión y violencia que se producen casi a diario,…
Por más que lo intenten, a CTA NO NOS ASUSTAN. Seguiremos luchando, en los tribunales si es necesario, para conseguir que se nos trate de forma justa. Y seguiremos rechazando estas políticas y a sus colaboradores necesarios.
En breve os informaremos de la sentencia de un nuevo juicio para defender a una compañera de la sanción impuesta por hacer lo que hacemos todos, supervisores incluidos: intentar no salir tarde sin dejar nuestra tarea descubierta.
