Tres años después, la nueva estructura sigue sin generar ingresos

IAGCuando encontramos una empresa cuyo negocio se entiende bien y en la que se detectan ciertas características que le dan una ventaja competitiva duradera, no cabe duda que un buen equipo gestor está detrás. Se trata de empresas que están bien gestionadas.

Hace unos años, un nuevo equipo gestor procedente de aerolíneas como Vueling, Iberia Express, Air Nostrum, compañías como Telefónica o el Banco Santander, o de diferentes lobbies empresariales, entre otras, aterrizó en Iberia para contarnos que esta empresa, que en esos momentos era líder en el mercado, no estaba bien gestionada. Ese equipo supuestamente fue interpuesto por un holding de empresas, IAG, a la que le dieron un poder notarial inusitado para hacer y deshacer no acorde a competencias sino a golpe de impulsos emocionales, y claro, de aquellos barros, estos lodos.

Barrieron con todo aquello que olía a antigua Iberia, con el desconocimiento y también con el conocimiento, asediaron a los antiguos empleados y los involucraron en una guerra psicológica, donde en sus fortificaciones vieron como caían uno a uno todos los que estaban fuera de convenio, y otros, los que no se prestaron a formar parte de las filas aceptando renunciar a las reducciones de jornadas o hacer horas extra sin cobrar, pasaron también a habitar en la fortificación. Mobbing, puestos sin contenido, meses de amenazas, miedo en la rumorología, traslados continuos, bajadas de categoría laborales, exámenes para justificar ante la ley lo acometido, etc. En definitiva, una herramienta sobradamente conocida en la práctica de la guerra: desgastar emocionalmente para que una vez débil el individuo acepte lo que le venga sobrevenido como lo que mejor le podía haber pasado.

Todo esto hubiese tenido sentido si después de tres años, el nuevo equipo gestor (o los sucesivos porque nos hemos pasado más de 1.000 días nombrando y desnombrando, recibiendo y despidiendo) nos sorprendiese con una aerolínea competitiva, líder del sector y con beneficios. Los antiguos gestores tendrían que haber callado porque los nuevos fueron mucho mejores. Sin embargo, no ocurrió así.

Warren Buffett dirigente de GEICO dijo: “los buenos jinetes lo harán bien con buenos caballos, no con cabras cojas. Algunos negocios son simplemente mejores que otros (caballos), es más fácil hacer dinero con ellos aunque estén dirigidos por un incompetente, y otros negocios seguirán siendo horribles (cabras) aunque los dirijan genios”. “Las aerolíneas son el peor negocio del mundo”, también dijo en su día el presidente de Ryanair, Michael O’Leary, porque el negocio cambia constantemente y sus circunstancias no son perpetuas, están sometidas a múltiples variantes: situación del mercado, combustible, catástrofes naturales, acontecimientos políticos o bélicos, normativas aeronáuticas…Son empresas que necesitan de grupos gestores buenos, conocedores del negocio, elegidos por sus competencias, y no por sus circunstancias.

Los nuevos equipos volvieron a llenarse no de los mejores perfiles, sino del amigo de mi amigo, del que dice un sindicato que hay que salvar, de los rebotados de otros lugares, de los que no daban el perfil en otra área… Ahora se quiere formar un nuevo equipo, Premium Service Recovery, o lo que es lo mismo, “reclamación de clientes” que se ha venido a llamar toda la vida, para los clientes Platino y Oro, los que en verdad nos dejan dinero…y como la selección sea la misma que la habitual, el equipo estará abocado al fracaso y fracasar con los clientes Premium es fracasar en todo.

Conclusión: tres años más tarde, los gestores antiguos, muchos de ellos en sus casas con sus bajas incentivadas o sus despidos disciplinarios, deberían dar la enhorabuena a estos nuevos gestores que se suponía situarían a esta empresa en el top del ranking aéreo. Sin embargo, tres años más tarde, solo pueden decir aquello de “se veía venir”, cosa que también dice ya el nuevo equipo que, supuestamente y según se rumorea, ya reconoce que son incapaces de sacar a la compañía adelante ante la presión de IAG.