¡Como nos gusta recordar!

anuncio-rosa-y-llaveEs muy necesario recordar ahora, cuando una parte de la directiva, que está tensando las relaciones dentro de Iberia, quiere poner a la parte social contra las cuerdas. Al hablar de Iberia rebuscamos en la memoria ese sabor de nuestra tierra, de nuestra gente, de aquellos momentos de infancia y juventud que siguen iluminando nuestras vidas; total nada; y ya que estamos en otoño y nuestro espíritu cargado de nostalgias nos pone frente al cristal de días lluviosos y hojas por el suelo, hagamos presencia de esa capacidad cognitiva que es la memoria y que en tantas ocasiones usamos para definirnos como seres superiores. Atrevámonos a recordar.

En nuestra compañía aérea, y permitirnos que la hagamos propia desde el recuerdo, hemos tenido y tenemos infinidad de momentos que nos hablan de múltiples circunstancias que han definido durante años el sentir de quienes día a día bregamos para conseguir que esa máxima de la herramienta y la rosa,”donde solo el avión recibe más atenciones que usted”, eslogan que ha definido nuestra filosofía interna, siga latiendo como un objetivo perenne. Siempre acompañado de una sonrisa y el buen hacer durante el vuelo.

Pero las tornas cambian, al menos así nos lo dicen machaconamente, y ahora lo que impera es el lucro fácil y la volatilidad en todo aquello que de sólido pueda tener nuestra sociedad. ¿Cómo afecta a la empresa y a quienes resistimos dentro? Recordemos.

No hace mucho Iberia volaba con 342 aviones, mientras otros 92 de corto y medio radio junto con otros 11 para largo radio esperaban para ir cumpliendo con una necesaria y lógica sustitución de flota. La plantilla superaba los veinticinco mil empleos FIJOS y una mayoría a jornada completa. Las madres, pues aun faltaba un poquito para que se incorporasen los padres, disfrutaban de una jornada continua que las facilitaba la conciliación, sin ser conscientes que paradójicamente aún no existía. Corría el año 1998, y estábamos lejos de imaginar todo el destrozo social y empresarial que habría de arruinar el contrato social en nuestra empresa y en el conjunto del país, que los nuevos aires de modernidad y NEOLIBERALISMO nos iban a dejar.

En comparación con lo anterior, la situación que se vive en estos momentos, operando con 70 aviones, dista mucho de ser el crecimiento que nos juraron y perjuraron que vendría, junto con todas las sinergias y descomunales aumentos de las cargas de trabajo, el músculo que íbamos a tener y que la absorción nos traería. ¿O suponemos fusión entre iguales con una caja a favor de Iberia de 2.100.000.000 de euros frente 3.000.000.000 de libras de agujero?

Por esta casa han pasado mentes muy lúcidas, que no por ello han impedido que tuviéramos nuestro período prehistórico de mantenimiento de aviones, que abarca hasta los remotos tiempos en que los motores de hélice se cambiaban con tablones de madera, sin que por ese motivo se desvirtuara esa sensación que siempre se antepone, que no es ni puede ser otra que la seguridad en vuelo sobre el esfuerzo individual de la persona. Pero hete aquí que esas mentes lucidas un buen día despreciaron los conocimientos y trabajos de quienes a pie de avión realizan su mantenimiento. El resultado no pudo ser otro más vergonzoso que ser el hazmereír de quienes simulaban revisar los aparatos. Recordamos situaciones tan variopintas como un DC-9 al que se le quedó blocado el tren de morro y tras la entrada en emergencia se pasó unos cuantos meses en el Hangar -3, donde las manos de los compañeros de estructuras pudieron recuperar para el vuelo -procedía de un “gran revisión” de Israel-. De este mismo lugar y tamaña revisión, bajo una estupenda mano de pintura, al cabo de unas semanas de vuelo se desprendió un buen trozo de panza del fuselaje aquejado de la conocida corrosión del aluminio. Grandes éxitos a recordar.

Podemos seguir enumerando el éxito de los aviones que se mandaron a China, o el logro aún mayor de los que pasando por Johannesburgo, Airbus nos hizo desechar los trenes de aterrizaje pues quedaron inservibles por falta de mantenimiento. No nos desanimemos por lo que está ocurriendo hoy en día, cuando amenazan actualmente con volver a las andadas, que sí mandan los aviones a China, que sí a la India,… Podríamos citar muchos más, como los 747 mal vendidos a la TWA y que debieron ser cargueros como hicieron las principales aerolíneas de la época, apostar por negocio, apostar por futuro. Sí, FUTURO, pues partimos de un cercano pasado cuando las cuentas de resultados no bajaban de las tres cifras por encima de los millones en beneficios.

Si todos estos sentimientos y reflexiones, desde la memoria, no impregnan ya el concebir de esta empresa, a partir de este instante nos sobran, una vez más, todos los MERCENARIOS que vienen a sacar tajada e intentar destrozar tantos esfuerzos como han sido necesarios para auparla entre las mejores compañías aéreas del mundo. De ser necesario hundirla, nos sobramos los que estamos dentro, manteniéndola a flote todos los días, con un enorme ahorro de salarios, pero juzgamos que ese no es el devenir de la plantilla y por lo tanto nos sobran todos aquellos trileros de fácil palabra, bolsillo amplio y tarea nula.

En serio, no necesitamos seres superiores y grandes expertos, únicamente ponernos frente al futuro, cohesionar nuestras fuerzas y luchar por lo que tenemos para engrandecerlo y dar cabida a los muchos que este sistema, pervertido por los saqueadores, pretende dejar fuera. Una organización que se sienta como tal, con muchas ganas de implicarse, que sepa valorar todo lo que existe actualmente, que vea de los garrafales errores del pasado una doble lección, de humildad y de ejemplo, sin prepotencias. Ahora es momento de empujar e impulsar. (Sin pegatinas).